El Templo Galta o de los Monos
- Christian Andrade Brito
- 23 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 jul 2020

Desde que empezamos el día solo queríamos ir al Templo de los Monos. Contratamos un auto para todo el viaje, el chofer nos trasladaba al lugar que nosotros queríamos. Caída la tarde le pedimos que nos lleve al famoso templo, inmediatamente se negó. Dijo que había otras cosas más interesantes para visitar en Jaipur. Pero no, nosotros queríamos ir allá.
Cuando empezamos a dirigirnos por unas pequeñas calles, por fuera de la ciudad, entendimos que era lejos. Había que subir toda una colina. ¿Qué podríamos encontrar en medio de las montañas? Un sitio cargado de espiritualidad, lleno de animales sagrados (monos) y gente rezando.


Desde el año 1503 conviven aquí los ascetas hindúes, también conocidos como monjes o sadhus. Espacio perfecto para seguir el camino de la penitencia y la austeridad y desligarse de los lazos terrenales en búsqueda de los valores de la vida.
Los templos están inunadados por monos, animales sagrados en India y que representan al Dios Hánuman. Para los turistas es el atractivo perfecto. Nunca los llamas pero ellos están ahí para alegrarte tu caminata por los templos sagrados. Hay que estar atentos si no quieres perder algún objeto de valor, que podría ser hasta tu celular.
La suerte que nos cargamos. Mientras visitábamos la parte final escuchamos un pitido. Inmediatamente nos metieron a una caseta, de fondo se escuchaba el sonido de unas campanas, era para alarmarnos sobre la llegada del líder de la manada. Era un mono nada amable.
La verdad nunca lo vi, fui el primero en entrar a la caseta corriendo. "Era de tu porte, el doble de tus brazos", me decían mis amigas exagerando el momento y riendo a carcajadas.

Miles de creyentes se dan un baño purificador en las aguas sagradas del Templo de los Monos. Hay 7 tanques, sus agua proviene de un manantial natural de las montañas, lo que permite que nunca se seque.
Al final descubrimos que una gran comunidad de personas vivían dentro del templo. Un par de niños se divertían jugando críquet. Su cabello era llamativo, tenían rapado a un solo lado de su cabeza. Cuando me acerqué por una fotografía, más enojados de lo normal, me pidieron que no les saque fotos.
Más allá un señor preparaba un gran banquete. Es gratis, pueden servirse, nos dijo. Se cocina para todos y si alguien quiere dejar una donación lo puede hacer. Este destino es obligatorio para cualquier persona que visite la ciudad de Jaipur. Sin duda, está en mi top 3 de los lugares más atractivos que visité en #India.
Este post lo hice gracias a las fotos de Diana Alnaser y Katerine Lara, amigas con las que compartí este incríeble viaje.
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